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Para muchas personas es quizás solo un sueño o una meta imposible poder desarrollar o emprender una buena actividad económica, tener su negocio propio, o dejar de ser un empleado para convertirse en el empleador. Pero realmente eso puede ser posible si se tiene una buena idea de negocio y se pone en práctica para su ejecución; lo cual no solo será una manera de generar ingresos económicos, sino también una oportunidad para la realización personal, la libertad financiera y sacarle un máximo provecho a la forma en cómo se utiliza el tiempo.

Emprender es asumir un reto que amerita responsabilidad, dedicación, esfuerzo y tiempo, para poder enfocarse y desarrollar la idea de negocio con una visión muy clara de los objetivos que se desean realizar. Poder contar con un personal técnico capacitado para el asesoramiento constante que se encuentren involucrados de forma directa o indirecta en el proceso productivo, creando un clima de trabajo confortable, que enriquezca el sentido de pertenencia para fortalecer la solidaridad y la empatía, tomando en cuenta que todos y cada uno de los miembros tienen su grado de importancia y responsabilidad para complementar el buen desarrollo del proceso productivo.

El emprendedor no sólo es una persona que se enfoca en hacer algo que nadie más haya hecho, porque sería una tarea titánica; emprendedor también es aquel visionario que con creatividad e innovación mejora o perfecciona un producto o servicio ya existente, siempre en busca de la mayor satisfacción del cliente.

Por lo tanto podemos decir que emprender no sólo es ser el primero, es también aventurarse, asumir riesgos y desarrollar nuevas ideas de negocios prometedoras para ir en busca de la conquista de nuevos mercados, estudiando los errores que comete la competencia, mejorando sus fortalezas, creando nuevas opciones y alternativas en el mercado.

Según la licenciada Lilian Rosado, psicóloga y consultora: “el emprendedor es una persona que sabe descubrir, que ve lo que por ahí otras personas no ven, y a partir de eso puede hacer un negocio”.

Partiendo del concepto que ella nos aporta podemos confirmar entonces que el emprendedor posee cualidades básicas a nivel psicológico y en su interacción con el medio que lo rodea. En cuanto a las cualidades personales o psicológicas tenemos: una excelente autoestima o confianza en sí mismo, capacidad de analizar sus temores o hasta dónde puede llegar, poder asumir riesgos y no darse por vencido hasta alcanzar la meta fijada, poder tomar decisiones y asumir las dificultades con serenidad y buscar las soluciones, ambición, confianza y una clara visión de lo que se espera lograr con el desarrollo del proyecto.

Por otra parte en su interacción con el medio que lo rodea el emprendedor debe tener la capacidad de innovar, crear y renovar constantemente, ser analítico crítico de las necesidades y la realidad de su entorno, organizado, motivador, con capacidad de liderazgo, toma de decisiones y poder elegir y trabajar en equipo, generar confianza y empatía, creando un sentido de pertenencia que fortalezca las relaciones de trabajo y la sinergia en todo el equipo.

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Todo proyecto nace de una muy buena idea de negocio que surge como resultado del análisis del entorno donde se visualiza una necesidad existente o insatisfecha. Para poder obtener toda la información es importante realizar una serie de estudios previos dentro de los cuales los más relevantes son: el estudio de mercado, el estudio técnico y el estudio económico financiero, que nos aportarán datos de mucho interés para garantizar la factibilidad y probabilidad de éxito en el desarrollo y puesta en marcha de ese futuro emprendimiento, ya sea la oferta de un servicio o la innovación y creatividad en algún producto. Toda la información recopilada en los diferentes estudios servirá de base para corregir o evitar riesgos que puedan llegar a perjudicar la actividad productiva.

El emprendimiento o desarrollo de la idea de negocio no hay que verlo sólo como una forma de obtener un beneficio económico rentable, sino también como oportunidad de generar empleo, participar en un proceso productivo y brindar al mercado potencial una nueva alternativa que a la final será lo que garantice la permanencia de la empresa en el tiempo.

Si bien se podría decir que en el mundo ya todo está inventado, lo cual disminuye la oportunidad de crear algo nuevo; cada día con los avances de la ciencia y la tecnología surgen nuevas alternativas para desarrollar proyectos creativos e innovadores, o para mejorar y perfeccionar los ya existentes, siempre enfocados en brindar un producto o servicio de calidad, cubriendo las expectativas del cliente logrando así uno de los mayores objetivos de la empresa.

Cada día en diferentes partes del mundo se experimentan crisis económicas, sociales, políticas, que obligan a muchas empresas a suspender sus actividades por diversos motivos; pero de igual manera surgen nuevas oportunidades para aquellas personas con visión de emprendedor para poner en práctica nuevas ideas de negocio o mejorar las que existen.

Si bien todo emprendedor tiene sus bases y surge de una idea de negocios, los resultados que se obtendrán van a depender del enfoque que se le dé a la misma y de la manera como se utilicen los recursos de los que se dispone, aprovechando al máximo las herramientas que se tienen y analizando de manera crítica todos los estudios relevantes previos a la puesta en práctica de la empresa, lo cual será un aporte de valor para encaminarse hacia el éxito.

Luego de tener clara la idea de negocio, conocer y analizar los pro y contra de realizar el emprendimiento, el siguiente paso sería convertirlo en un proyecto factible para ser ejecutado y crear una nueva empresa, cuyo tamaño va a depender del fin que se persiga y los recursos y herramientas que se posean. Teniendo en cuenta que existen herramientas no tangibles de gran relevancia como lo son la confianza y la motivación, que en el inicio serán un pilar fundamental para poder concretar y cada día vencer los obstáculos que se presenten para poder llegar a desarrolla el proyecto. Algo que también es de suma importancia en el desarrollo de una ida de negocio es buscar una actividad con la cual se puedan sentir identificados, será una motivación mucho mayor para realizar las actividades cotidianas de manera satisfactoria por qué se está a gusto con lo que se hace; afianzando en todo el personal el conocimiento y puesta en práctica de una clara misión, visión y valores por los cuales se regirá la empresa, tener la oportunidad de renovarse cada día, ofreciendo, manteniendo o mejorando una excelente calidad de servicio al cliente, como principal carta de presentación.

En épocas anteriores quien tenía el dinero tenía el poder, en la actualidad quien tiene el dominio de la información tiene el poder, y la oportunidad de desarrollar y poner en marcha una idea de negocio. Por lo tanto si tienes una idea de negocio clara, busca toda la información relevante sobre el tema. Tanto de la parte interna, que sería todo lo que tenga que ver con el proceso productivo como tal y tú puedes controlar; como de la parte externa que es todo aquello que puede afectar el proceso productivo pero se escapa de tus manos, como por ejemplo la competencia, la situación económica o política de un país, entre otros.